Felipe Yueng Garcia: Un respiro…(Spanish)

Después de casi dos meses de mucho trabajo faeneros y proyectos personales, pude coincidir con buenas condiciones para salir a pescar. Esto me hace recordar cuando estudiaba y tenía casi todo el tiempo para ir de pesca cuando quería. Hoy el sistema me atrapa y hay que aprovechar al máximo esos momentos de ocio, para dar unos cañazos y disfrutar con alguna captura. Por eso, indispensable tratar de elegir con pinzas el lugar.

Con una tarde nublada, un oleaje bajo de 1,5 m, una frecuencia de olas moderada, poco viento y un repunte de llena a 1,4 m casi en el ocaso, partí a la playa a buscar corvinas en playas con fondo rocos.

Al llegar el escenario era bastante interesante. Un buen pronóstico, me confirmaba la condición de la playa. Era temprano aún, así que comencé a buscar adentro el pique. Con un día nublado, espuma y fondo de arena oscura, elegí un Beach Walker Axcion tipo “Gill”, donde reventaba la ola y generaba espuma y arena en suspensión. No tardó mucho y tuve la primera captura. Una corvina de aproximadamente 1 kg, que sonrió a la foto y volvía al mar a crecer.

Caminando un poco, ubiqué un pequeño canalón. Había poca agua, imaginando un lenguado ahí esperando. Cambie a un clásico Tide Minnow Slim 140 Flyer “tipo PTLO” y comencé a explorar. Este señuelo siempre en recogida lenta, tan lenta como pescar con pejerrey. Regulas la altura de nado con la punta de la caña y variando la velocidad de recogida. Siempre esperando las olas, jugando con la corriente. Se colgaba un pequeño lenguado.

Ya con el repunte de llena un poco más avanzado, cambié a una Beach Walker 120 MD. La ya reconocida “pink sardine”. Compañera de casi dos años, con la que he podido lograr buenas capturas. Esta me permitió trabajar mejor ante la alta frecuencia de olas por el repunte. Y un color de buen contraste para aquella tarde nublada. Un par de tiros un otro pequeño lenguado. Sigo buscando y un pique más fuerte, me hace sentir nuevamente la adrenalínica sorpresa del pique de una corvina. No de muy buen tamaño, pero me generó un gusto tremendo. Se fue devuelta.

Seguía caminando y parecía que las corvinas no aparecían. Había un buen escenario, pero como esto de la pesca no es una receta, simplemente no estuvieron, no picaron, no estuvieron a mi alcance, etc, etc, etc. Pero como gran parte de esto es ser perseverante y estar concentrado en todo momento, seguí buscando. Siempre en recogida lenta y dando una pausa. La pausa, básicamente, porque los lenguados son un cazador por sorpresa y embestida (sino no sería un pez plano que se camufla) y al detener tu señuelo, si hay un lenguado cerca estas dando ese momento de vulnerabilidad que el lenguado busca para cazar. Obviamente hay momentos donde son muy activos (en la noche).

Pasó justamente en una pausa, que siento una vibración en el señuelo, bajo la caña y clavo! Peso muerto y comienzo a traerlo. Sentía que era de tamaño respetable y sólo sacudia un poco. Ya en la orilla, solo cobrarlo y una nueva alegría del objetivo logrado…

Sin buscar ostentar, una simple captura o el sentir el objetivo cumplido, puede ser una tremenda pesca o salida…

Un profundo respiro y volvía a casa feliz.